jueves, 15 de octubre de 2009

Se murió el sambo come gatos


YouTube - alma mia vals

Terminadas las exequias de Arturo zambo Cavero, como parte también del folklore tradicional, vienen los análisis, que si estuvo bien, que si fue una exageración, que si el presidente sacó provecho, que si la viuda, que si las hijas, que si el yerno, que cómo vistieron, que por qué a fulano que valía mucho más que este sambo come gato no le hicieron ni bola cuando muere, y así por el estilo. Hasta un amigo que no quiero decir su nombre se atrevió a comentar que él lo había visto al sambo en Miami con unos portoriqueños mostazas.

Lo que pasa, y aqui hablo con tiara papal, es que nadie comprende en verdad cual la dimensión del sambo Cavero. Por qué ese ligazón de amantes con su público. Ni los propios periodistas que lo alaban comprenden en verdad la dimensión de este hombre que dejó de tocar el cajón cuando, por efectos de su increíble obesidad, se metió un manazo en el cojón izquierdo. Menos los rosquetes, algunos todavía ni lo saben que son, que lo atacan.

El sambo es de otra dimensión, pero para comprenderlo en primer lugar hay que ser criollo desde niño, nacido. Es como para manejar carro, aquel que no aprendió en su segunda década de existencia (puber), jamás llegaría a correr fórmula I, pero si fácil una combi asesina. El sambo era, y es, de aquellos que todo lo que toca lo convierte en oro. Así cualesquier valse que él cantara adquiría inmediatamente categoría de estelar, se convertía en éxito eterno. Sino preguntar a Polo Campos, que fue el primerito que salió, antes de Hildebrandt, a decir sin decirlo, que todo esto era un exageración, que a él era a quien se le debían los honores, que esta canción la hice por encargo de general Morales, que el sambo sólo la canta, pero todos sus éxitos me los debe a mi. Gran compositor, gran criollo, gran editor, libretista, pero al final se le achica el alma y no sé qué más.
No son sólo las canciones de Polo "cada domingo a las 12" o "cariño malo" ni sólo cuando llora mi guitarra, pues aún mejores son las de Félix Pasache Castillo, uno de los mejores compositores ya fallecido, "por segunda vez". déjalos, nuestro secreto, sigue mintiendo, se acabo y punto, entre otras. No son solamente las canciones de Abelardo Núñez "mal paso" o cuando habló el corazón, ni tampoco sólo "la palabra final" de Mario Cavagnaro o "de vuelta al barrio" de Pinglo. Ni las de los piuranos Adrián Flores Albán "alma, corazón y vida", o Alma mía de Pedro Miguel. Hasta Los Pollitos Dicen pio pio pio el sambo lo hubiera convertido en éxito criollo. Esta es la gran diferencia con muchos otros que han asesinado lindas composiciones, como los Kipus, Maritza Rodríguez, los emabajadores criollos, la misma Lucha Reyes o Matallana. también los dávalos, que hicieron como suyas canciones que en la voz del sambo hoy sonarían eternas.

Como siempre el presidente García malogrando todo lo que toca. Dizque ser su hermano, entonces le vuelvo a repetir como cuando muriera su hermano Carlos, mis más sentidas condolencias, pero otra vez se confundió el Señor llevándose al bueno dejándonos al malo, y encima salau. Decía Alan cual Colón, que el sambo Cavero tenía calle. No, el sambo no tenía calle señor presidente, el sambo es la calle misma, so príncipe gueveras.

Dice Hildebrandt que hay muchos hombres y mujeres del Perú que cuando murieron no se les dio ningún homenaje, mereciendo mucho más que este sambo come gato. La verdad es que los homenajes grandiosos no se pueden programar ni establecer por decreto. Es el pueblo el que canta con el sambo. Es el pueblo criollo que considera que el sambo no ha muerto, o derrepente que ya estaba muerto en vida, al final es lo mismo pues el sambo Cavero ya había dado todo lo que pudo dar.

Su secreto tal vez fue el nunca cantar la misma canción dos veces, dos veces igual. Sino preguntar a cualquier guitarrista, como el de la foto, pues al sambo había que mirarle la jeta para saber por donde iba a salir caprichosamente. Era y es indiscutiblemente el más grande interprete de nuestro acervo criollo y nadie puede decir lo contrario. Nunca bajó de calidad tema alguno. Al revés, levantó cada tema hasta puntos inigualables y por ello el sambo Cavero, el sambo comegato, ya es eterno y descansa en paz, si es que cabe la palabra pues nunca dejará de sonar en los hogares peruanos

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